Demasiada bilis
demasiadas fotos en el cajón
demasiadas horas a la intemperie
demasiados sueños imposibles
demasiados poemas de mierda
demasiadas conversaciones a la papelera de reciclaje
demasiado todo
y ninguna vida en adelante
sólo una línea en el horizonte
y este puto poema recordándome
que ya nunca jamás volveré a estar allí.
Y esta bien así,
porque siempre tendré el recurso fácil
del victimismo, del reproche,
de la caja de pino para el valiente,
de todos estos nombres de mierda
para el recuerdo en la sinopsis.
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