jueves, enero 18, 2007

Repudio

Yo ya no sé de letras.
Me enfrento a cifras interminables que quieren en la guerra
y en el amor. Aunque haya reglas.
Tantos tristes en el objetivo, yo, únicamente deseo mi dinero, cogerlo y huir.
No hay más prostitución que aquella inánime en la despedida.
Esta obsesión por las bases, militarismo en auge.

También me preguntaría a mi mismo qué significo, por qué pertenezco.
O que incumpliendo algún punto acerca de lo soez,
no alcanzase a los demás en la crítica.
Y más aún, escribiera estupideces en un poema con preclaros signos de tensión.
Pero si luego me juzgan y se elige el jurado;
¿Qué hay de poético en eso? ¿Qué de improvisación?

He contado 40 páginas a 200 títulos,
eso hace una cifra cercana al imposible,
pero también nos dijeron que no había mujeres maravillosas para tantos.
Aunque ella me eligiera de cualquier modo.
Entonces el sistema o ellas repudian sistemáticamente.
Envié otros formatos en otros tiempos, otros silencios, yo era diminutivo entonces y comprender el fracaso fue abandonarlo todo.
Si ahora denuncio las irregularidades de este mundo es para prometerme que aunque participo, al menos lo hago desde el renuncio.
Sólo quiero el dinero e irme, no deseo permanecer intacto, es imposible.

Que no haya un amor mejor que me inspire; aplausos,
que la injusticia sea una injerencia continua en mi futuro,
renuncio a ganar si debo sobrevolar cadáveres,
renuncio si el sueño ha de ir amparado en la decisión unánime de un jurado dueño. Ponerme en manos de quien decide, insulto de libertad; respóndeles tú, qué es exactamente lo que me dijiste aquel día;
“eres tú el elegido”.
No es un poema. Son 20 versos distintivos. Concurso.

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