jueves, enero 18, 2007

Te conocí en un bar

Si yo dijese;
que me siento como una loca
más cercano al modelo femenino
porque me gusta ir de compras
hacerle un seguimiento a esa camiseta
que ojala tuviese una talla 36 donde meterme
y un puesto fijo en alguna discoteca como gogó permanente
con escarceos amorosos cada noche, como vulgarmente
y utilizando términos machistas se me definiría;
puta.
Pero mejor aun, me importaría un coño
si lo tuviese
porque haría de cada noche un inventario de destrozos
hombre a hombre
aprendiz de femme fatale
que tras años de entrenamiento
consiguiera un matrimonio provechoso
todo ello utilizando argumentos nada plausibles
una falda más corta de lo sexual
un escote más pornográfico
una facilidad para las relaciones semanales
y cierta habilidad con el lenguaje oral y práctico.
Así me atrevería a denunciar que con suerte,
clase e inteligencia en dichos ámbitos
la proyección futura de mi carrera (personal)
terminaría desde un punto de vista epistemológico
(las clases de Cándido hacen mella)
con un muestrario de vida y experiencias
que bien valdrían los calificativos de;
"Lagarta" "Putita" y otros.
Al final, que en esto de la vida es lo que cuenta
yo me llevo a casa la impresión de que me hubiese ido mejor
con un buen culo y dos tetas.
Aunque luego hubiese sido igualmente una mosquita muerta,
pero al menos el juego de ser puta es mucho más excitante
que la proposición siquiera de macho ibérico...

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