Te estoy pensando.
Como un enigma.
A solas y sin efluvios,
ni alcohol,
ni drogas,
ni antidepresivos.
Pues no hay depresión sino cumbre borrascosa.
Te estoy pensando.
Como un problema matemático
irresoluble
porque para mí las cifras
son una terrible secuencia
de consecuciones.
Te estoy pensando.
Y no como aquellos años
de la melancolía y la juventud ganada
o el prevalecer de mis armas,
sino como el fundamento
de lo inmutable en el largo plazo
hacia una nueva derrota
en el final variable
de este poema.
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