lunes, enero 31, 2011

Bibo no aozora

Vivo
no ahora

sedente
impropio de un promiscuo creador de ficciones

renuncias a la promesa
también al catálogo de las emociones
fingidas

inducir al séquito
en la marea cursiva de tu nombre

efigie mortal
dominatriz y bedel
próspera prosa
y antagónica musa
consumado el delirio
engendremos silencio
príapo no incendiado
troya silente

Latencia

Una sonrisa que deja de ser
sólo preludia la vida

no evoca tristeza si desempeña la tarea del gentilicio

volver a ser
complicado
pero incierto

terrible
pero fructífero

poeta por necesidad
o por insuficiencia natal

Etel es un nombre
que ha aparecido en mi sueño

desde que no sueño
mis versos son más libios

acompaña este momento un sosiego
y tamiz, pertenecientes a la esperanza
paz
de ganar el estado y la nación
Él diría que un barco ebrio
surca la mesura de unos cabellos
que buscar una mirada conquistando
tierra firme
tiene de naufragio
la conquista del paraíso

Un nombre que no deja de serlo
ha encontrado el reto que le impedía
ser nombre

Todo tiene la disimilitud de la ignorancia
el perfil valiente de la renuncia
la raíz dolorosa de lo incierto
la seguridad vocacional
de invocar un momento
que aborda la vida esmaltada
rasgando un velo
la belleza de un espíritu libre
jamás será tan poderosa
como el espía de un amor
que no fructifica
Ha pasado un instante
lo necesario para robar un poema
tan leve como fugaz
germen y origen

Una vida ulterior
diseñada en la melancolía
que crece
hacia dónde no puede
porque establece
que irse es no volver
que quedarse no es irse
que no hacer es
la correcta definición
de lo que ya no volverá
pero se mantiene

Sobrevuela el tímido renacer
que como una parpadeante sonámbula
incita al cohecho
el sueño es un ámbito incabalgable
algo más allá de las fronteras de la tierra
lo innombrable por imposible
lo increíble por insondable

tu sonrisa ha dejado de ser
continuar aquí
para seguir sonriendo

martes, enero 18, 2011

Un corazón disiente
hacia dónde
con la sonrisa poderosa
de la muerte
no vayas en fuga hacia su boca.

Si la rémora es un ocre nostálgico
que abandona los días
en una diáspora cromática
hacia el óleo
para convertirse en musa
inexplicable de la obra.

Un hombre camina poderoso
fugaz como una esquirla
la palabra adiós le atemoriza
no saber el profuso camino
al precipicio.

La extraña diletante...

Diseñas el color de la ciudad
que jamás llevará tu nombre
Incorpora un recuerdo
como incógnita se establece silente
accede el organismo a la euforia:
saberse comedido en la hormona.

No ir.
Ante la réplica
sicarios que establecen la permuta.
No ir, un momento electo
sucede en un instante.
Compete al universo
decidir...
Un hombre habla de la derrota
desde el ventrículo derecho
y así reconoce su miseria.
No poseer lo que anhela,
no vencer lo que teme,
no amar el cuerpo.
Y en esa tristeza pasa su vida
y se ahoga, como un náufrago
que bebe agua marina;
sed más sed,
impresión fugaz para sanar
lo irremisible:
esta felicidad no existe.

lunes, enero 10, 2011

Has salido de casa mirando al cielo, está límpido.
Recorres 50 metros divagando con una idea clara;
-Todo es incierto
nada está claro.
No va a volver.
No va a volver.

Rompe a llover de forma inexplicable.
Todos hemos querido alguna vez que el universo se extienda encima nuestra
que ese fenómeno climático nos elija deudores de una fe inexplicable.
El cielo se ha roto...

Sé que nada puedes, salvo ignorar la lluvia.
Sé que nada queda, salvo ignorar que llueve.