"Y si digo tu nombre ahora,
estaré admitiendo el designio"
Lo que existe.
jueves, mayo 24, 2007
Estigma
Y si has venido para salvarte no es mejor momento que otro tan sólo me pierdo entre las sombras
2 comentarios:
Anónimo
dijo...
Apreciado Ciro.
Seguramente nos perdemos más entre las palabras que entre las sombras. Las palabras dichas y las calladas, la lectura de silencios y de gestos. Nos leen tanto si lo queremos como a nuestro pesar. Si hablamos nos esclavizamos, y si callamos nos licuamos. Las palabras son nuestra salvación por que tejen complicidades, por que en ellas leemos, con más o menos inocencia, la aprobación de los demás. Cuando no encontramos la salida, con palabras nos engañamos.
No sé si he venido a salvarme, ni si tu intervendrás en mi salvación seré o yo mi propio juez, que ya tengo una cierta edad para ser indulgente conmigo mismo.
Mi vida va bien, muy bien; no arrastro penas ni vergüenzas que me lastren. Así que voy regando mi huerto de salvavidas, para cuando lo necesite, que los asideros son un bien escaso, que hay que mimar y administrar con prudencia.
Yo quiero irme a un lugar, donde ya no pueda echarle la culpa a nadie de mis erratas. Donde solo quede yo conmigo mismo y solo pueda salvarme el instinto de supervivencia.
Porque quiero sobrevivir, pero sobre todo porque quiero sobrevolar la mediocridad, pero trabajo poco para ello. Incluso trabajo poco por el amor y por el sexo. Debiera... un huerto de salvavidas.
2 comentarios:
Apreciado Ciro.
Seguramente nos perdemos más entre las palabras que entre las sombras. Las palabras dichas y las calladas, la lectura de silencios y de gestos. Nos leen tanto si lo queremos como a nuestro pesar. Si hablamos nos esclavizamos, y si callamos nos licuamos.
Las palabras son nuestra salvación por que tejen complicidades, por que en ellas leemos, con más o menos inocencia, la aprobación de los demás. Cuando no encontramos la salida, con palabras nos engañamos.
No sé si he venido a salvarme, ni si tu intervendrás en mi salvación seré o yo mi propio juez, que ya tengo una cierta edad para ser indulgente conmigo mismo.
Mi vida va bien, muy bien; no arrastro penas ni vergüenzas que me lastren. Así que voy regando mi huerto de salvavidas, para cuando lo necesite, que los asideros son un bien escaso, que hay que mimar y administrar con prudencia.
Alt
Yo quiero irme a un lugar, donde ya no pueda echarle la culpa a nadie de mis erratas.
Donde solo quede yo conmigo mismo y solo pueda salvarme el instinto de supervivencia.
Porque quiero sobrevivir, pero sobre todo porque quiero sobrevolar la mediocridad, pero trabajo poco para ello. Incluso trabajo poco por el amor y por el sexo. Debiera... un huerto de salvavidas.
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