lunes, noviembre 20, 2006

Me propongo...

alcanzar un estado supremo de inacción que signifique el equilibrio de las fuerzas innatas mientras me pertenezcan. Herencia de imposibles en el verso reescrito por énesima vez.
Me propongo la belleza a través de una secuencia ordenada de acciones que conformen lo bello de amarte a través de los textos, a través del requiescat in pace.
Me propongo altruista pero sin redundar en el verso ni convertirme en un sucedáneo o buscador del suicidio por influencia futura del autismo o la inconsciencia.
Estudiar casos reales implica un contacto con el mundo cotidiano del que reniego porque me presupongo imprescindible además de superlativo, frente a la decadencia del desconocimiento o la inmodestia del fracaso que en estos momentos me sostiene.
Versátil en pro de la consecución del título de veedor, hacedor y táctil de versos inadecuados para mi persona, por la emotiva carga de sensaciones, pliegues y desnudeces.

Volveré en el nuevo inicio de la búsqueda a escudriñar el horizonte
buscándote omnipresente
cuando la línea que separa la ficción de la realidad
no sea un simple indicio o una trémula corazonada
a la que se le ha agotado el crédito de pálpitos
a la que se le han impuesto imperativos de tradiciones
milenarias.

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