jueves, noviembre 30, 2006

Apocalypse Now

Ahora
todo es numérico,
se evita la lingüística
y ya no cuento los días para verte,
ni los días que hace desde...
sino que hago un planning para no coincidir
demasiado a menudo en el tiempo.
Y evito los momentos procaces del pasado,
la imprecación a otros nombres relevantes,
las coincidencias tenebrosas en las calles de la melancolía,
todo lo que suena a bello o se siente poética en potencia
(en rebeldía).
He cambiado de perfume por el poder que le otorgan
las endorfinas y también por democratizarme en olores.
Y no te echo de menos, eso no me avergüenza.
Pero sí admitir que echo en falta el armario de tus proposiciones
la ropa interior en la que gasté dos saldos, tres sueldos
y terribles orgasmos lisérgicos
que no es a tu alma a la que se encomendó mi letanía
sino al discurso darwiniano de la evolución de la especie.
Claro que
ahora tampoco tengo excusas en la caída
pero ya no arrastro más de un cuerpo
y también levantarme me cuesta un poco menos cada día
porque el peso inexorable de dos almas
no se sobrelleva mejor que la inconexa verdad
de una piedad en la mentira.

No hay comentarios: