sábado, diciembre 09, 2006

Where the streets have no name

Un hombre poético avanza el paso
acorde los tiempos,
actúa, toma decisiones y decide
concorde al grado de extravagancia
y hace o deshace las cosas que rigen
su memoria conforme a la posibilidad
de escribirlas y convertir en savia
la sabia elección de haberlas ejecutado
a tal efecto y en distinta forma.
Pero un hombre poético avanza al paso
acorde las fronteras y las limitaciones
del estacionario, a pesar de los imperativos
categóricos del convencionalismo,
y a través del valle de lágrimas
de la negación constante de su carácter
de ser vivo, ser humano que también
resiste a las imprecaciones
y al desamor constante de los domingos
solitarios y del recuerdo desmembrado
que a veces forja juicios y opiniones.

No hay comentarios: