sábado, diciembre 09, 2006

Despoema

No sé qué valor terapéutico tienen nuestros encuentros
no entiendo esta casuística del abandono por goteo de casualidades
yo sólo sé de irme sin mirar atrás, sin esperar a echarte en falta.
No puedo despedirme cada día con el mínimo imperativo de la dignidad
a nuestro acervo aprehendido de fracasos
en las situaciones más desesperadas.
Empiezo a sentir cuánto herirán mis labios,
cuánto tus excesos con los lagrimales,
cuánto los poemas y la distancia futura y el rencor amargo
que se madura desde el retroceso en la complicidad cotidiana
de saberse las respuestas
y las preguntas.
No se me ocurre escribir otra cosa que:
no importa nada
no importa nada
no importa nada
como si la vida fuera a desvelarse
como si el designio fuera una palabra
como si nosotros ya no fuéramos a existir jamás
porque éramos nosotros frente a los demás.

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