Apostado en un edificio en ruinas
y disparando a diestro y siniestro
el miedo que impone la guerra voraz
la soledad del combatiente
Y de repente entre el claro y la vacuidad
que no atiende a banderas blancas ni
alto el fuego...
demasiadas víctimas
demasiada munición
mucha experiencia
una voz clama al cielo
los juicios de Nuremberg
"culpable"
Y repite continuamente;
"Yo sólo me defendía,
yo sólo me defendí
constante de vuestra
indiferencia..."
Las guerras no nacen del odio
pero tampoco el amor se hace en la guerra.
Y tú (que sóis vosotras) no sabes
de la importancia de una sonrisa amable.
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