jueves, junio 21, 2007

La vida corrió un tupido velo

¿Quién será ahora?
Con esos ojos...
Sólo pidió otra oportunidad
aunque cimentada en una mentira

¿Y si dijese que no a todo
hasta siempre?
Nada cambiaría

No ser una cifra
ni tampoco un verso
he olvidado la contraseña
has reaparecido en sueños
indeseable repudio

Y has vivido un epílogo
un prólogo sin prolegómenos
una historia de amor ejecutada
a priori

Libérate y líbrate del arma
y venga a nosotros tu duelo
y venga a tu antepasado
la renovada idea de venganza

Contingencia y contención
ya no volverán las aguas

Y no saber si el amor
es en el día a día
con ciencia exacta
qué responder

Sólo es sangre
glóbulos rojos
estigma deseable

¿Por qué hendidura
y cómo ha invocado
este miedo su inmanencia?
Desprender lo voluble
disolver en el océano
un pequeño coágulo de incertidumbre

Y a la que más ames le perdonarás todo
A las demás en cambio sólo les quedará
el deseo indómito de sentir en la encrucijada
que ellas nunca fueron perdonadas

Algún día, poderosa, nosotros también sentiremos
como una fuerza irreparable lucha por nosotros
y entonces, como dijo una voz amiga;
"seremos los vencedores de esta historia"
que no es otra que la nuestra

La vida corre hoy, en sentido opuesto a mí
y yo me dejo vencer sin plantar oposición.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Apreciado Ciro.

Sobre fragmentos:

Lo sustancial es haber construido algo, no importa con que herramientas ni sobre que base... por frágil que sea la construcción servirá de soporte, o de encofrado para otra, y esta para otra...

Creo que solo nos perdonamos a nosotros mismos, por los demás apostamos, a veces poco y otras todo lo que tenemos, incluso nos empeñamos, es por eso que podemos perder, pero no estoy seguro que dependa de los demás.

Alt

Ciro dijo...

Y eso me consuela. Haber construido algo. Pero no deja de ser un consuelo en estos días en los que perdí el rumbo. Y peor aún, darse cuenta de que la cosa no llega ni a cimientos, sólo planos y trazos de estructura...
mierda para navegantes.

Yo ni siquiera me perdono a mi mismo.
Algún día "ella" se acercará susurrante y me dirá al oído:
"estas perdonado"

y entonces podré dormir en paz