martes, mayo 27, 2008

Querida desconocida

ahora

cada vez que me asaltan las dudas
de la melancolía
o si muestro impaciencia o desesperación

espero un día o dos
y ya sé que la vida que diseñe
no excluirá jamás la duda
o la ofensa

siento (porque hablo de mí)
que el terror de no encontrarte cerca
no cercena en ningún momento
la fragilidad de mi sueño

hasta que dos instantes precisos
me asalten
y dos ojos preciosos me insten
al negociar de las horas

porque no puedo por más que lo intento
esquivar mi responsabilidad con el juego
fugaz de tenerte
con la visión ilusoria de decirte
"te encontraría"
si te dejaras
si el poema no fuera un espacio incólume
que no atenta contra el futuro de la incógnita

todo pasará
todo lo que pase
que tiemblen al paso del tiempo
que dejar de llover
sólo sea la metáfora para decir
te necesito
que un parasiempre
no exima del parabien
que sería comprender,
comprenderte

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