Creo
eres como dios
esa falsa incertidumbre sin modestia
basada en hechos puntuales
una fe asiste los silencios
impregnas cada instante de solemnidad
confieso que he dudado
que ya no rezo como antes
ni le pido el nombre a la madrugada,
al destino o a la melancolía
que yo sé que es fácil olvidarte
que bastan unos días
gracias a las técnicas más avanzadas
y autodestructivas
de la experiencia más cercana
que nunca confesaré
en balde ni ante un jurado
que de esta coraza
quedan compartimentos estancos
que tú -y aquí llega el despechado-
ni hubieras imaginado
que me hubiera gustado
por encima de todas las cosas
por encima de dios (tuya)
por debajo, decirte
con el corazón en la mano;
que nadie te hubiera escrito
este verso
rogándole a dios en vano
y ya no creo.
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