miércoles, julio 18, 2007

Misiva

En la última carta
que no te escribí
aparecías desaparecida
"Y ya no estás"
"No estás"

Ahora
soy yo el que no está
y no estoy ni estaré

Pero se me olvidó decirte
que en el reparto de bienes gananciales
tú te quedaste con las lágrimas
y yo con los estigmas
porque no se me permitió
decirte las cosas que te escribo
y porque nadie nunca lo leerá
en público
ni yo lo admitiría como cierto
que no refrenda sino un pensamiento voraz

que cuando las partículas se desintegran
a modo de reacción en cadena
todos los contextos dejan de ser favorables
los augurios se tornan invisibles
y las manos no resuelven las incógnitas
ni el instinto se muestra impávido

nuestro universo débil se fracturó
por la línea más inesperada
la teoría de la gravitación universal de los cuerpos celestes
sigue vigente
pero la ley neoliberal de mercado impuso unos condicionantes
extremos

porque las lágrimas no parten siempre del dolor físico
porque los estigmas no parten nunca del componente fisiológico
aplicando la norma; un instante cierto
cavila hacia el horizonte de sucesos

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